Un programa para un concierto sobre John Williams - Segunda parte

Tras las navidades, los empachos, los excesos de todo tipo, los propósitos para un año nuevo, etc. seguimos con nuestro concierto.

En homenaje a las fiestas pasadas y aprovechando que el coro ya ocupa su lugar detrás de la orquesta comenzaremos con un villancico.

Compuesto para la banda sonora de Solo en Casa 2: Perdido en Nueva York, Merry Christmas, Merry Christmas es un perfecto de ejemplo de los diferentes villancicos escritos por Williams para ambas partes de la saga y su perfecta integración en el canon clásico americano. De hecho, algunas de estas piezas, como Somewhere in my Memory o Christmas Star, ya son parte del repertorio tradicional en algunos conciertos celebrados durante estas fechas en Estados Unidos.

Para proseguir con el tono festivo, nada mejor que Dry Your Tears, Afrika perteneciente a la banda sonora de Amistad. Es una oda a la libertad, festiva, con mezcla de instrumentación clásica con africana en una de esas mezclas heterogéneas a las que Williams es bastante habitual.

Dejemos descansar un rato al coro para extraer lo mejor de la orquesta. Con Dance of the Witches recuperamos el Williams más frenético con este brillante juego orquestal, claro precursor del sonido "Elfmaniano". Una pieza que va de menos a más con un ritmo endiablado, nunca mejor dicho, para acabar con verdadero tour de force por parte de la orquesta.

Ahora una pequeña suite de la película Munich, a modo de previo de la suite final. Son tres piezas: Remembering Munich, Avner and Daphna y A prayer for peace. El primero es un tema que ya he puesto alguna vez en el blog. En él Lisbeth Scott pone voz al dolor desgarrador, el dolor de una madre llorando por su hijo. Esta misma melodía prosigue en el siguiente corte, si bien su tono se torna esperanzado y la misma música que servía para expresar el dolor se torna en la voz del amor de una pareja. Finalmente un tema elegíaco que evoca la paz deseada en Oriente Próximo. Son tres temas brillantes, emotivos, del mejor Williams, que, además, destacan por la ausencia de los metales. Únicamente cuerdas, maderas y voz, pero qué voz.


Para finalizar el concierto, recurrimos a una suite ya clásica en el repertorio del compositor norteamericano que, además, ya está presente en diferentes regrabaciones en sellos como Deutsche Grammophon o Naxos. Se trata de Three Pieces from Schindler's List, una obra que consta de tres movimientos, como su nombre indica: Theme from Schindler's List, Jewish Town y Remembrances. Compuestos a partir de piezas pertenecientes a la banda sonora de La Lista de Schindler y, en una interpretación a cargo de Gil Shaham y John Williams (en mi opinión superior a la original, sobre todo por su calidad de sonido), estas tres composiciones hablan del dolor del pueblo judío, del calvario por el que pasó en el Holocausto, de todo lo que dejaron atrás. Es una música de una belleza sobrecogedora, que mueve y conmueve, cuya escucha no te deja impasible. Cualquier palabra es poca ante la belleza de esta suite.

Con este último bloque daríamos fin al concierto. La ovación es enorme, como os podéis imaginar, a la orquesta y al director les es imposible irse. Pero tras varios minutos el director da la orden y poco a poco abandonan el escenario, como también hace el público, como hacemos nosotros, volviendo a nuestra realidad triste o alegre, pero nuestra al fin y al cabo.

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