No es país para viejos (No Country for old men) de Joel y Ethan Coen


Con un poco de retraso aquí tenéis mi comentario sobre la reciente triunfadora de los Oscar, No es país para viejos (No country for old men) de los hermanos Joel y Ethan Coen.

La película narra cómo un cazador interpretado por John Brolin descubre en una de sus incursiones por el desierto una operación de contrabando fallida. Con los traficantes muertos salvo uno que está moribundo decide llevarse un maletín que contiene una gran cantidad de dinero. Desgraciadamente para él comete un error y un despiadado asesino(Javier Bardem) comienza su búsqueda. Mientras el sheriff de la localidad (Tommy Lee Jones), cerca de la jubilación, persigue a su vez al asesino.

Con una descripción así, uno se esperaría un thriller trepidante o una película de acción desenfrenada. Nada más lejos de la realidad, No es país para viejos es una película de ritmo lento y pausado, con escasas dosis de acción y seca y árida como el paisaje en el que transcurre la acción.

Los Coen vuelven a su cine de perdedores aunque esta vez parten de una novela y no de un guión original. En lo que constituye un film árido, de montaje pausado y cortante, donde el humor no asoma por ningún lado. Como gusta decir a la crítica especializada, estamos frente a un Western crepuscular. Siempre he defendido la personalidad de los directores y me choca cuando estos pierden parte o toda su personalidad en pos de un proyecto. Sin llegar a los extremos de Alex de la Iglesia en los Crímenes de Oxford, los Coen también parecen ser otros en este film, adaptando su estilo al de la novela y no al revés. De hecho, de buscar un precedente a este film habría que encontrarlo en la muy superior Fargo, film de similar estructura pero en el que la mano de los hermanos se nota de principio a fin.

El guión adaptado de la novela homónima dicen que translada de un modo fiel el libro a la pantalla. Al desconocer la novela poco puedo decir en este aspecto, salvo que sus diálogo secos y cortantes y su descripción de personajes resultan lo mejor de una obra cuyo clímax se encuentra a veinte minutos del final del film. De este modo, un film lento de por sí agoniza en su tramo final, pues parece que ya está todo contado y parece del todo innecesario alargar la película de ese modo. Algo similar a lo que le ocurría a La Vida de los Otros. Además la inclusión de un personaje interpretado de Woody Harrelson resulta superflua e innecesaria.

En el plano interpretativo el film resulta brillante. Los tres protagonistas Brolin, Lee Jones y Bardem están magníficos. Especialmente este último como uno de los mejores villanos en pantalla de los últimos tiempos (lo cual no quita que el actor español haya logrado interpretaciones superiores en otros films).

A la aridez del retrato contribuye sin lugar a dudas la fotografía, sucia con predominancia de los tonos amarillentos y la ausencia total de banda sonora original, si bien en los créditos finales sí se puede escuchar un fragmento de música original compuesta por el habitual de los Coen, Carter Burwell.

En resumen, No es país para viejos es una película estimable, de ritmo lento y pausado, que logra involucrar al espectador en unos personajes cuyo único interés vital parece ser sobrevivir. Lamentablemente el film queda lastrado por unas expectativas demasiado altas(que no se cumplen) y por un final que no es capaz de rematar la película de un modo adecuado, dejándola morir. Además uno se queda con la sensación de que esta historia ya la había visto, la dirigían también los Coen y se llamaba Fargo, ésta sí un gran film.

Comentarios

Antonio Rentero ha dicho que…
Yo es que con la megacampaña de márketing montada en torno a nuestro Bardem digo aquello de "No es país para viejos" = no es interpretación para tanto.

Que sí, que pone una cara de loco muy buena, pero ha hecho cosas mejores y los americanos han visto cosas mejores.

De todas formas los Cohen, para mí, retornan un poco a sus orígenes, continúan su afición a encumbrar secundarios (recordemos a Jesús/John Turturro en "El gran Lebowsky") y parece que se les ha pegado la manía de mi paisanico Pérez Reverte de no acabar la historia.

Tengo un amigo que desde que fuímos a ver esta de los Cohen, cuando sale el tema de ir al cine siempre dice "pero a ver una peli de esas que terminan, con final" :-)

Un abrazo.
Ivan ha dicho que…
Tiene final, aunque hay que entenderlo claro, y a los Coen les da un poco igual que lo entiendan algunos, todos o ninguno.
Saludos