Expiación (Atonement) de Joe Wright


Hay veces en que las primeras impresiones fallan. Hace unos días, en el comentario de Encantada, señalaba que Expiación, la nueva película de Joe Wright, tenía toda la pinta de ser la típica película perfecta en su técnica, pero fría en su resultado final. Un film diseñado para acaparar nominaciones a los OSCAR, pero que resulta distante para el espectador. El ejemplo más claro de este tipo de films sería sin ir más lejos Memorias de una Geisha de Rob Marshall. He de reconocer que me equivocaba y me alegro de haberlo hecho.

Expiación, según definición de la RAE, significa: borrar las culpas, purificarse de ellas por medio de algún sacrificio; algo que, como se ve, poco tiene que ver con el subtítulo que le han añadido a la película: Más allá de la pasión. Pocas veces se puede realizar una síntesis tan corta y tan certera sobre una película.

Corre el año 1936 y lo que iba a ser un día especial para una familia de clase acomodada de la campiña inglesa se convierte en una pesadilla que marcará sus vidas para siempre.

Christopher Hampton, guionista, y Joe Wright consiguen con esta película innovar en un género tan asentado e inmutable como el del drama histórico inglés. No se trata de una desmitificación ni de una parodia del género, sino de, jugando con los mismos elementos que películas como Regreso a Howard’s End o Lo que queda del día, conseguir que la historia tenga una narrativa mucho más actual. Así guionista y director se permiten una narrativa no lineal, con saltos en el tiempo adelante y atrás, de un modo elegante, sin chirriar y sin resultar en absoluto confuso para el público.

El film, estructurado en dos partes espaciadas temporalmente por cuatro años y un epílogo, se abre con un plano mostrando una réplica exacta de la casa en la que transcurre la primera parte de la acción, acompañada del ruido de Briony tecleando una máquina de escribir. Un principio que tras ver la película se antoja nada casual. A partir de ahí atendemos a una serie de malentendidos que conllevan a un trágico final de jornada. El director, siempre siguiendo el punto de vista de la joven Briony, nos muestra qué ve ella y la versión completa de los hechos, además y de un modo muy honesto, en todos los flashbacks con la versión completa la música destaca por su ausencia, mientras que en el resto ésta funciona como un elemento más, integrándose en la acción e incluso incorporando el ruido de la máquina de escribir a la orquesta. Esta narrativa permite al espectador prever lo que va ocurrir, aumentando su ansiedad. Tras un lapso de cuatro años, la película prosigue con uno de los protagonistas, Robbie (James McCavoy) luchando en el frente contra Alemania durante la II Guerra Mundial y con las hermanas Briony y Cee (Keira Knightley) trabajando como enfermeras en Londres. Esta parte de la película sufre de un comienzo muy confuso, como si el director no tuviera claro por dónde tirar, echando a perder la milimétrica puesta en escena y ritmo de toda la primera hora. Probablemente sea debido a un recorte extra en la sala de montaje, de hecho hasta la música es omnipresente en todo este fragmento. Aun así, Wright nos regala un espectacular plano secuencia del paisaje de una playa en el norte de Francia tras el desembarco de las tropas aliadas, con la participación de más de mil extras. Una escena complejísima resuelta de un modo impecable. Afortunadamente hacia el final la película recobra el espíritu del comienzo desembocando en un sorprendente final que deja un muy buen sabor de boca.

En el plano interpretativo los actores están sobresalientes, dotando de vida a unos personajes reales, inocentes, culpables, necesitados de salvación. Si hay que destacar a alguien sería a Saoirse Ronan, que interpreta a Briony en la primera parte del relato.

En el plano técnico, como he señalado al principio, la película es sobresaliente destacando en todos los apartados desde la fotografía hasta el vestuario pasando por la dirección artística, todas ellas a un nivel muy alto. Mención aparte merece la magistral partitura de Dario Marianelli una de las mejores del año sin duda. Su integración en el film es perfecta, tanto en su presencia como en su ausencia. Una música melancólica, brillante, que se permite cosas como la integración de la máquina de escribir como instrumento de percusión más, o mantener el ritmo de los golpes de una mujer contra un coche en el desarrollo musical posterior de la escena. En disco es una gran partitura, pero en la película resulta incluso superior.

En resumen, Expiación es una buena película, con un comienzo excepcional, pero que en su desarrollo no mantiene el nivel de esa primera parte. Aun así, la acertada dirección y guión, los actores y la banda sonora hacen de ella un film muy recomendable(aunque fallido) y de lo mejor que he visto este año, de momento.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¿Está basada en el libro de Ian McEwan? o_O Es por no verla, me han regalado el libro y tengo que leerlo primero.
José Córdoba ha dicho que…
Buenas Su!!

Sí, se me olvidó comentarlo, adapta la novela de Ian McEwan. A mí desde luego me han entrado unas ganas tremendas de leer la novela. Tú estás a tiempo de leerla antes de ver la peli :D

De la novela me han hablado muy bien, pero la peli tiene una primera hora magistral, una pena que el resto no esté a esa altura.
¡un abrazo!
José Córdoba ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo ha dicho que…
Leeré primero el libro :)