Encantada (Enchanted) de Kevin Lima


A veces es complicado elegir la película que ver un domingo por la tarde, sobre todo si uno cree que acercándose a un complejo como Kinépolis Valencia con 24 salas, lo va a tener fácil. La verdad es que no es así, sobre todo cuando hay un estreno como Mortadelo y Filemón que copa varias de las múltiples salas del cine. Del resto de salas , cuatro candidatas: American Gangster(descartada por llegar tarde), Expiación (descartada porque me da la sensación de ser tan perfecta en su técnica como fría en su resultado, al estilo de Memorias de una Geisha), En el valle de Elah (descartada porque a Vero no le gusta nada Tommy Lee Jones) y, finalmente y aunque parezca mentira, Encantada (Enchanted), que ha sido la elegida.

Encantada narra cómo Giselle, una joven que vive en un bosque (en el lejano y animado reino de Andalasia) rodeada de animalitos conoce a su príncipe azul, planeando su boda para el día siguiente con la oposición de la madrastra de éste que sabe que si la pareja se casa ella dejaría de ser la reina. Así, y disfrazada de una inofensiva viejecita, consigue enviar a la joven al mundo real, donde tendrá que habituarse a un mundo que en nada se parece al suyo.

Al contrario que Shrek, la nueva producción de la factoría Disney no se ríe de los cuentos de hadas sino con ellos, consciente de que el propio film en si no es ni más ni menos que uno más, multirreferencial, paródico, pero al fin y al cabo, el cuento de hadas de toda la vida. Y por eso funciona porque sigue el modelo al pie de la letra, actualizándolo lo justo a la época actual, pero como toda buena historia infantil capaz de cautivar a niños y mayores, que estén dispuestos eso sí, a dejarse llevar por su magia.

La película funciona a todos los niveles: desde la eficaz, impersonal si se quiere, pero rítmica y adecuada, de Kevin Lima (Tarzán), pasando por el guión que consigue ser divertido y tierno, siguiendo las líneas maestras del género aun cayendo en los tópicos imprescindibles y, aun así, consiguiendo el gran mérito de resultar fresca y recuperar el estilo de los grandes clásicos Disney. En este sentido es una reentrada por la puerta grande, los Estudios Disney necesitaban recuperar sus señas de identidad perdidas al intentar acercarse en los últimos años a un público adolescente, alejándose del modelo que tan bien les ha funcionado a lo largo de la historia. En este renacer tiene mucho que ver, sin duda, el hecho de que el director del departamento de animación de la compañía sea John Lasseter, el genio detrás de Pixar.

A nivel interpretativo la película funciona gracias a la gran interpretación de Amy Adams, capaz de resultar creíble, divertida y a la vez entrañable como personaje de cuento de hadas trasladado al mundo real. Además de cantar sin problemas las exigentes canciones (sólo tres) del film. El resto de actores resultan muy adecuados, destacando Timothy Spall como secuaz de la reina y James Marsden como el príncipe azul. El único que no está a la altura es Patrick Dempsey que se pasea con cara de preguntarse qué hace él en una película así. También aparece la gran Susan Sarandon, como la malvada de turno, en un fantástico cameo.

A nivel técnico destacan sus excelentes efectos visuales y el sensacional maquillaje creado por Rick Baker para la reina: exagerado, feo y a la vez creíble, algo muy difícil. El diseño de producción resulta adecuado, aunque no es muy exigente, al igual que su fotografía. Por otro lado, Alan Menken consigue su mejor banda sonora en años, con tres canciones pegadizas, exageradamente dulces con toda la intención, y una música incidental que se encuentra entre lo mejor del compositor, superior incluso a algunos de sus trabajos más celebrados.

En resumen, Encantada supone una grata sorpresa, una película simpatiquísima que resulta entrañable y divertida, capaz de enganchar a niños y adultos por igual, riéndose con los cuentos de hada de toda la vida y destacando además por unos estupendos números musicales(destacando el que transcurre en Central Park, reminiscente del Bajo el Mar de la Sirenita y el que transcurre en el apartamento que aloja a Giselle mientras ésta realiza las labores de hogar).

Una cosa más, hay un detalle que la aleja del cuento de toda la vida: la princesa salva al príncipe.

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