La Fuente de la Vida (The Fountain)


Tras una producción larga y problemática, se estrena la última película de Darren Aronofsky, La Fuente de la Vida(The Fountain). Un film arriesgado, experimental hasta cierto punto, interesante en muchos aspectos, pero fallido (y pretencioso) en su resultado final.

La producción del film comenzó hace cuatro años con un presupuesto que rondaba los ochenta millones de euros y con Brad Pitt y Cate Blanchett encabezando el reparto. A pocas semanas del comienzo del rodaje, Cate Blanchett anunció su embarazo y que, por lo tanto, se retiraba del proyecto. Tras este abandono, Brad Pitt se repensó su participación y siguió el camino de la actriz. Con esa situación los productores decidieron parar la producción y posponer el proyecto, los decorados que habían sido construidos, al menos gran parte de ellos, se subastaron para sufragar parte de la inversión.

Sin embargo, a pesar de este contratiempo, Aronofsky no se quitó el proyecto de la cabeza y finalmente pudo reactivarlo, eso sí con un presupuesto mucho más reducido, entorno a los cuarenta millones de dólares, y con un reparto encabezado por Hugh Jackman y Rachel Weisz.

La Fuente de la Vida (The Fountain) narra a lucha de un científico por impedir la muerte de su esposa a causa de un cáncer. Este hilo principal se ve intercalado por la narración de una historia escrita por ella sobre la búsqueda del Árbol de la Eterna Juventud en el siglo XV por los españoles y por un viaje sideral del protagonista en un futuro muy lejano. Por lo tanto, tenemos tres líneas temporales que se entrecruzan, como ya ocurriera con otras películas este año.

A la vista del arriesgado argumento y del director, uno se pregunta cómo esos estudios que persiguen la creación de sagas, secuelas y precuelas con tal de rentabilizar al máximo sus productos, son capaces de gastar cerca de cuarenta millones de dólares en un film que casi con total seguridad va a ser un fracaso en taquilla. Quizás por prestigio, quizás por los Oscar, pero lamentablemente y viendo el resultado final, no obtendrán ni lo uno ni lo otro.

La Fuente de la Vida es una película de compleja estructura, que exije que el espectador esté atento. Es un film con un claro objetivo filosófico/religioso/existencialista. Pero se queda muy en la superficie, y ni siquiera plantea preguntas para su posterior discusión. En este sentido, el director fracasa, siendo una película casi vacía y curiosamente pretenciosa.

Si en el guión Aronofsky se muestra dubitativo (o quizás en exceso presionado por los productores) en la dirección su trabajo resulta muy interesante. Es un film de planos muy cerrados, en muchas ocasiones los actores casi se diría que rozan la cámara con sus rostros. Además la repetición de planos entre las diferentes líneas temporales ayuda a establecer los paralelismos entre las tres historias. El montaje resulta muy acertado de modo que los saltos temporales resultan muy fluidos y naturales. Sin embargo en su recreación del siglo XV no logra dar con el tono adecuado, ralentizando el film (su duración total es de 90 minutos y aun así se hace un poco pesado) y siendo demasiado explicativo cuando en el resto de hilos es mucho más sugerente.

Los tres hilos, por lo tanto resultan irregulares, siendo el mejor el que transcurre en la actualidad, donde el director logra transmitirnos la rabia e impotencia del protagonista frente al fatal destino de su amada. Cuando la acción se traslada al futuro, todo se vuelve mucho más difuso, con referencias al budismo e incluso el judaísmo, pero de un modo muy superficial, aunque por otro lado visualmente muy atrayente.

Los actores está francamente bien, destacando Hugh Jackman, absoluto protagonista del film en una de sus mejores interpretaciones.

También resulta muy destacable la música minimalista de Clint Mansell en perfecta conjunción con las etéreas imágenes. En su tramo final, la unión música e imágenes resulta sencillamente espectacular, consiguiendo uno de los mejores momentos cinematográficos del año. Lamentablemete, Aronofsky no parece sentirse seguro con la música y la utiliza durante todo el film, casi sin descanso, lo que debido a la propia naturaleza objetiva y repetitiva de la partitura de Mansell, daña su apreciación final.

Resumiendo, La Fuente de la Vida es una película arriesgada e irregular, fallida en su resultado final, aunque con muchos elementos interesantes en su propuesta. No es un film para todos los paladares y hay que ir con la mente abierta para disfrutar de este trabajo, que a pesar de su tono pretencioso y su superficialidad, logra resultar interesante desde un punto de vista cinematográfico.