Fin de año en Hannover

He llevado un par de semanas de cabeza entre el trabajo, las fiestas y un viaje. Uno de los damnificados ha sido este blog así que con la entrada de hoy espero retomar la actividad habitual que venía teniendo hasta ahora.

El viaje, como algunos sabéis, fue a Hannover, la ciudad donde pasé un año de Erasmus. Vero y yo queríamos regresar, empujados, sin duda, por el factor nostalgia. Aprovechamos que yo tenía vacaciones la última semana del año para coger un avión de Air Berlin y plantarnos de nuevo en la capital de la Baja Sajonia, dos años después.

El reencuentro ha sido curioso, como sólo íbamos a estar cuatro días, no planeamos nada con antelación. Craso error. Una cosa es vivir en una ciudad durante un año y otra cosa es volver a ella de vacaciones dos años después, y sin gente a quien visitar. Sin las actividades cotidianas que antes desempeñábamos, lo único que podíamos hacer en Hannover es actuar como turistas. Pero bueno, Hannover no es una ciudad muy grande, así que pocas cosas nos quedaban por ver, aparte de ir de tiendas, algo en lo que sí es una ciudad agradecida.

La magia del reencuentro con sus calles, su atmósfera, nos trajo lo mejor del viaje, el revivir nuestro primer año de convivencia y comprobar cómo, sorprendentemente, pues llevábamos apenas unos meses saliendo, la cosa funcionó muy bien. Tanto que hemos decidido dar un paso muy importante, casarnos este año. Bueno, lo de la boda ya estaba decidido antes del viaje, jeje.

Así que presumo que esta año que acaba de comenzar va a dejar un recuerdo imborrable en nuestras vidas. Ojalá nada lo tuerza.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Doy fe :D
¿Me puedo quedar la chaqueta?
octopusmagnificens ha dicho que…
Casarse puede ser una cosa terrible... Yo que tú lo pensaría al menos 3 veces.
José Córdoba ha dicho que…
En mi caso no ha de cambiar nada con el matrimonio. Y estamos seguros y convencidos del paso, así que no tengo que repensármelo.