Pequeña Miss Sunshine


Aquí tenemos la road movie del año. Frente a otros géneros como el terror, la comedia, las películas de carreteras aparecen como uno más pues, si bien, pueden enmarcarse normalmente en alguno de los géneros maestros, por llamarlos de algún modo, sí es cierto que por estructura, por fines, todas las llamadas road movies comparten características.

Pequeña miss sunshine representa resulta un film ejemplar dentro del género. Tenemos así a la familia protagonista, un conjunto de perdedores (loosers) tan típicos del cine americano: el padre que ha diseñado toda una metodología sobre cómo llegar al éxito en nueve pasos y que espera constantemente una llamada de teléfono que le confirme que su libro va a ser publicado, la niña pequeña regordeta obsesionada con los concursos de belleza, el abuelo heroinómano, el tío deprimido con tendencias suicidas, el hijo adolescente que lee constantemente a Nietzche y que lleva nueve meses con un voto de silencio y, finalmente, la madre, el personaje que intenta poner un punto de cordura en todo el asunto. El desencadenante de toda la historia es un concurso de belleza infantil para el que la pequeña Olive ha sido elegida tras una pequeña carambola. Como la economía no es nada boyante, deciden coger todos, aunque con reticencias, su cochambrosa furgoneta y recorrerse dos estados del sur de los Estados Unidos, de la América profunda, para que la niña consiga su sueño de participar. Como en toda road movie, el destino no es lo importante, sino el viaje en si mismo.

La película, que podría calificarse de drama con dosis de comedia, gira entorno a las frustraciones por no alcanzar el éxito. El padre es un hombre obsesionado con ser un triunfador, empecinado en que su método es infalible, obstinado en negarse a reconocer que él mismo es un perdedor. Éste comportamiento afecta a todos los que le rodean, comenzando con sus hijos, el adolescente que odia a su familia de perdedores y quiere convertirse en un piloto de cazas y la hija que vive obsesionada con los concursos de belleza. La madre y el abuelo en contraposición asumen su escala en la sociedad, aunque tienen puestas las esperanzas en la niña, en que, al menos ella sí sea una triunfadora. Mientras, el tío, interpretado brillantemente por Steve Carell, ha dado el paso contrario, ha pasado de ser un triunfador a ser un perdedor.

A pesar de los tintes dramáticos la película está salpicada por multitud de momentos divertidos e hilarantes, como esa furgoneta destartalada que acaba siendo un personaje más de la película o el concurso de belleza infantil. El guión resulta todo un acierto, los personajes, a pesar de su punto estrafalario, nos parecen cercanos, comprensibles, humanos. Además presenta un ritmo muy adecuado alternando comedia y drama, introduciendo elementos novedosos para que la trama no decaiga. Los actores están muy bien, se nota que tienen un buen material de partida y saben sacarle jugo. Desde Greg Kinnear, brillante como padre obsesionado por el triunfo, hasta Alan Arkin, un auténtico robaplanos como el abuelo heroinómano y adicto al porno.

La dirección además es efectiva, sin abusar del montaje acelerado y haciendo un gran uso del formato panorámico, un decisión arriesgada, con el que se ha rodado la película. Consiguen planos realmente muy interesantes, ayudados por una excelente fotografía. La banda sonora resulta además muy estimulante, siendo muchos de sus temas arreglos instrumentales de canciones conocidas que le añaden un punto loco y divertido.

En resumen, se trata de un filme excelente, dramático pero divertido, humano, rodado y escrito con inteligencia, demostrando, una vez más, que el cine no requiere de grandes presupuestos ni de aparatosas historias para llegar a la gente.

Por cierto, para la gente anti estudios, anti cine americano, esta película ganadora de varios premios del cine independiente y del premio del público del Festival de San Sebastián, ha sido producida por un gran estudio: 20th Century Fox, aunque haya sido a través de una filial Fox Searchlight.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Me atrae el argumento... trataré de verla, algún día... :)

Por cierto, ¿tú vas al cine todas las semanas? ¿y más de una vez por semana?
José Córdoba ha dicho que…
Yo intento ir una vez por semana, alguna vez he ido más de una vez, pero es algo raro. Normalmente voy una o ninguna, que también tengo temporadas que por h o por b no voy. Para mí las películas tienen que verse en el cine.