Piratas del Caribe: El Cofre del Muerto


Vuelve Jack Sparrow y con el toda su troupe piratas, en esta existosa continuación del film dirigido por Gore Verbinski hace dos años. Si hubiese que definirlo en una frase, ésta sería "Más de lo mismo". No hay cambios sustanciales en el tono con respecto al anterior, vuelven a repetirse los mismos errores y se acentúan otros. Su mayor lastre es una excesiva duración para tan poca historia que, además, no tiene conclusión pues se ha rodado conjuntamente junto a la tercera parte, que vendrá a ser el trozo de historia que le falta a ésta. Así nos encontramos con un film de más de dos horas al que podría perfectamente quitársele treinta minutos, pues su tramo central se hace eterno, al no ocurrir nada realmente. Es una lástima porque la película empieza muy bien, con brío, con una escena en una isla caníbal realmente divertida, pero a partir de ahí, le ponen los frenos al ritmo y a la trama y entra la monotonía, que sólo se abandona en su tramo final. Johnny Depp está divertido, aún más pasado de vueltas que en la primera, pero es lo que se le pide a su personaje así que perfecto, mientras que Orlando Bloom y Keira Knightley están tan sosos como de costumbre. Sin embargo, lo mejor de la función, como ya pasaba en la primera, lo encontramos en el villano de la función interpretado por Bill Nighty, aunque es una criatura infográfica mitad humano mitad calamar, perfectamente creada por la ILM. Su actuación y el trabajo de ILM es tan perfecto que podemos distinguir en una criatura totalmente digital al viejo rokero de Love Actually. En una época en que ya nada nos sorprende esto se convierte en algo muy destacable. La dirección de Verbinski vuelve a ser muy efectiva y adecuada, alejada de los excesos de todas las producciones de la factoría Bruckheimer. El guión con momentos muy divertidos sufre del problema de haber sido partido por la mitad, estirando la trama para dos películas, pero le falta contenido para llenar las dos horas y media que dura el film. El peor aspecto de la película, al igual que en la primera, vuelve a ser la música desmedida, atronadora, fuera de tono, apabullante, agresiva, excesiva, que sólo logra encontrar el tono en las escenas cómicas, pero en general puede provocar dolores de cabeza. Ha sido compuesta por Hans Zimmer y otras cinco o seis personas en modo piloto automático, siendo la antítesis del gran trabajo que realizó para El Código da Vinci.

Realmente poco más que decir, si te gustó la primera esta te gustará dependiendo del grado de exigencia que tengas, si no ni lo intentes. Yo disfruté de la primera con matices y de ésta también, aunque con más pegas aún. La estructura de la trilogía tiene como claro modelo la de la trilogía original de "La Guerra de las Galaxias" pero, lamentablemente, se encuentra a años luz, nunca mejor dicho,jeje.

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