Músicas "desaparecidas"

Os propongo un viaje en el tiempo y el espacio a la Nueva York de 1968, en concreto a la noche del seis de abril de ese año. Estamos en el interior de un cine ¿qué es un cine, preguntaréis los más jóvenes? Un cine, era un lugar en el que durante dos horas te olvidabas del mundo y soñabas junto a cientos de personas con las imágenes proyectadas en una pantalla gigantesca a veinticuatro fotogramas por segundo. Esa noche se proyectaba, por primera vez, una película, adelantada a su tiempo, sin duda, que supondría una auténtica revolución y la consagración definitiva de su director. De entre todos los presentes en la oscuridad de la sala nos centraremos en un hombre de unos cincuenta años cuya peculiar nariz lo convertiría en el sueño húmedo de cualquier caricaturista. Era la primera vez que su trabajo se vería en conjunción con las imágenes y estaba nervioso por ver el resultado, tras largos meses de problemas y discusiones con el director, que había estado poniendo objeciones a todo lo compuesto durante toda la postproducción de la película y sugiriendo(reclamando) modificaciones. Avanzada ya la película descubrió que el esfuerzo había sido en vano. Sin esperar a que acabara la proyección, se levantó del asiento iracundo y abandonó la sala. El compositor se llamaba Alex North, el director Stanley Kubrick y la película 2001:Una odisea en el espacio.

Ni una sola nota del trabajo de North aparece en la obra de Kubrick, quien desde un principio tenía claro que quería composiciones preexistentes y sólo por la obligación del estudio accedió a contratar a North, con quien ya había trabajado con anterioridad en Espartaco. El director inglés, para contentar y tranquilizar al estudio, había mantenido contacto continuo con el músico durante toda la postproducción de la película, manteniendo, de ese modo, la ilusión de que iba a emplear su música en la película. Hoy en día sabemos que no fue así y que durante las dos semanas previas al estreno del film, Kubrick acabó el montaje musical usando piezas tan conocidas como Así habló Zaratustra o El Danubio azul de Richard y Johann Strauss respectivamente. El continuo enfrentamiento que Kubrick mantenía con el sistema de estudios en pos de una total independencia se cobró la partitura de Alex North como víctima.

No puede afirmarse que la partitura compuesta por Alex North para 2001 sea la primera banda sonora rechazada de la historia del cine, ni la última, aunque seguramente sea el ejemplo más extremo y notorio. El agravante es que el hecho de haber sido rechazada condenaba a la partitura al ostracismo, no pudiendo ser comercializada y, por tanto, condenando al olvido todo el esfuerzo desarrollado por el compositor. En este punto, indicar que los compositores de bandas sonoras no son dueños de su obra o, al menos, de la grabación de la misma, no teniendo derecho, por tanto para poder editarla o comercializarla. En este caso, hubo de pasar mucho tiempo para poder escuchar el trabajo escrito por Alex North. De hecho, pasaron casi 30 años, hasta que en 1993, con el mítico Jerry Goldsmith, gran amigo de North, a la batuta, se realizó una grabación de la música rechazada de 2001 editada por el sello discográfico, especializado en bandas sonoras, Varêse Sarabande, cuyo máximo responsable Robert Townson es un gran admirador de Alex North. Lamentablemente el compositor norteamericano no llegó a ver nunca esta edición pues falleció en 1991 a los ochenta años.
Los que me conocéis sabéis que tengo una peculiar aversión con los valses de Strauss, y si no ya lo sabéis, así que por este y otros motivos no soy un gran defensor de la opción elegida por Kubrick de usar música preexistente de diferentes épocas y estilos (igual soy un antiguo, me pasa lo mismo con Tarantino). Opino que con la música escrita por North, desde luego no tan tarareable, ni tan agradecida al espectador, mucho más áspera por descontado, pero riquísima en matices y con un impresionante empleo de la orquestación, como elemento cohesionador y distintivo; la película hubiese salido ganando. Pero bueno, Kubrick era un provocador nato amén de un profundo conocedor de la música para salas de concierto, y como autor entendió que eso era lo que la película necesitaba.

Otro gran y famoso ejemplo de partitura rechazada lo encontramos en la música compuesta por Jerry Goldsmith para la película Legend de Ridley Scott. Goldmisth ya tuvo una mala experiencia con el director inglés cuando su partitura para Alien fue parcialmente reemplazada por fragmentos de composiciones previas también suyas como Freud o Psicosis II, pero en Legend Scott fue en paso más allá, aunque en este caso habría que culpar a los productores. Tras un pase previo, los productores viendo que el producto no era todo lo comercial que ellos ambicionaban decidieron que había que cambiar cosas. Con todo ya rodado, escenarios desmontados y actores trabajando en otros proyectos, lo único que podía hacerse era remontar la película y cambiar la música. Y así lo hicieron, aligeraron el montaje inicial de Scott manteniendo la música de Goldsmith para su estreno europeo, pero en EE.UU. realizaron un remontaje, reduciendo la duración la película considerablemente, y pidiendo al grupo de moda en aquella época, Tangerine Dream, que compusiera la música de ese montaje de Legend. La película fue un fracaso en ambas orillas del oceáno Atlántico.
Al menos Goldsmith sí pudo ver su música integrada con las imágenes e, incluso ediciones con su partitura. Aun así, incluso en la versión europea la música sufrió severas amputaciones, dejando fuera grandes momentos musicales. En su edición discográfica, afortunadamente, se puede disfrutar de lo que es uno de los mejores trabajos del compositor californiano, y esto siendo Goldsmith es decir mucho. Sacando el máximo provecho a la interacción de sintetizadores con la orquesta tradicional, el maestro consigue una música con mucha personalidad, esencialmente fantástica (en ambos sentidos) y demoníacamente juguetona en varios de sus fragmentos. Una obra maestra que lamentablemente no puede disfrutarse plenamente con las imágenes para las que fue pensada. Hoy en día, no obstante, se puede recuperar en la reciente edición en Bluray el montaje definitivo de la película que restaura la música de Goldsmith en algunas escenas y tiene mayor duración que la versión estrenada en europa, si bien en el disco se puede disfrutar de ambas versiones.
No me enrollo más, otro día pondré más ejemplos de músicas desaparecidas, de momento, os dejo con una lista de Spotify que contiene el 2001 de North dirigido por Goldsmith y, en otra lista lo compuesto por Legend por Tangerine Dream junto al único fragmento que he podido localizar en Spotify de lo compuesto por Goldsmith.
¡Espero que lo disfrutéis!

Listas de spotify de 2001 y Legend

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